Paradero desconocido: Ai Wei Wei, disidencia y rebelión.


Paradero desconocido: Ai Wei Wei, disidencia y rebelión. Por: Pedro Livni + Gonzalo Carrasco Purull.

El pasado 3 de abril, el mundo del arte supo de la detención por parte de la policía china del artista Ai Weiwei, de quien se desconoce, hasta el momento, su paradero. Ai Weiwei fue detenido al momento de abordar un vuelo a Hong Kong, mientras que ocho personas colaboradores del estudio de Ai Weiwei en Pekín fueron también arrestadas, manteniéndose detenidas hasta el momento.

Hijo de Ai Qing, uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en China, Ai Weiwei se ha convertido en uno de los artistas visuales más importantes, tanto, de la contemporaneidad China, como, del panorama internacional. En occidente se lo conoció principalmente por haber colaborado con los arquitectos Herzog & de Meuron en el famoso estadio “Nido de pájaros” para los Juegos Olímpicos de Pekín. No acudiendo a la inauguración de los juegos como modo de protesta frente a la utilización por del régimen chino – considerado por Ai Weiwei como profundamente antidemocrático – del “Nido de pájaro” como icono propagandístico.

Invitado a exponer en la New Tate de Londres, Ai Weiwei cubrió los 1.000 metros cuadrados del suelo del hall con más de cien millones de semillas de girasol de porcelana. Cada una de las cuales fue pintada individualmente a mano por 1.600 artesanos de la ciudad de Jingdezhen. Obra que trata de poner en discusión la presencia del individuo por sobre la cantidad, en relación a los actuales sistemas de producción. Haciendo hincapié en el trabajo manual calificado – el del artesano – recordando la tradición de la porcelana China, aspectos profundos de una cultura actualmente en medio de un vertiginoso y acelerado cambio producido en gran parte por los exacerbados procesos de industrialización que vive el país desde hace tres décadas.

Poseedor de una larga trayectoria, muchos de sus trabajos más emblemáticos se han enmarcado dentro de la tradición de los ready-made, muchos de los cuales operan como objetos de fuerte resistencia y crítica frente a la realidad político-cultural de la China moderna. Una realidad que recientemente se ha sido contagiada por la ola de masivas revueltas que han ocurrido en el Norte de África, en un intento por derrocar a los regímenes autoritarios que gobiernan a esos países.

Lo que se desmorona: territorios de disidencia, escenarios de libertad.

Ai Weiwei ha hecho de la resistencia, el territorio desde donde elabora su obra. Devolviendo así al arte su papel activo en la sociedad, aspecto muchas veces olvidado en la escena contemporánea. La incomodidad, el malestar y la disidencia son así las formas en que el arte de Ai Weiwei ha buscado construir escenarios de libertad.

Recuerdo, en mi visita a la DOCUMENTA XII de 2007, que la obra de Ai yacía desmoronada. El artista se negó a reconstruirla después de su colapso, quedando de ella solo un montón de maderas retorcidas en uno de los jardines de la exposición. Previamente – ese mismo año en Paris – en la inauguración de la MONUMENTA dedicada a la exposición monográfica de Anselm Kiefer, una de las torres de paneles de hormigón también colapsó al momento del montaje. Kiefer al igual que Ai Weiwei dejo la obra expuesta en estado de ruina. Por otra parte, los amigos de Ai Weiwei en China, han subido las últimas horas a la red, fotografías que muestran el estudio del propio Ai Weiwei convertido en un montón de escombros, derribado por las autoridades de Shanghai,

 Ambas obras colapsadas tal vez den cuenta de un pasado roto y difícilmente reparable. Un presente fracturado, en donde a lo más al artista le quede la posibilidad de construir escenarios de libertad precarios y frágiles. VKPK.

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